Capitulo 2 - Principios de desarrollo del potencial humano - Juan Rueda

En este capítulo, Juan Rueda nos explica el marco de su trabajo que actualmente está compartiendo a través de la escuela de movimiento Khora Movement School 

Juan es artista marcial desde su infancia, estudió artes plásticas y visuales, y ha dedicado parte de su vida al arte escénico y en la práctica del movimiento en general durante la última década.

Su enfoque abarca una variedad de disciplinas y las perspectivas acumuladas a lo largo de su vida.

La perspectiva de Juan y los principios de Khora Movement School no solo buscan enseñar habilidades físicas y mentales, sino también fomentar un desarrollo personal profundo y una comprensión más completa del potencial humano.

Algunos de los temas que tratamos son:

1. Tricotomía cuerpo, mente y emociones. El cuerpo como puerta de entrada hacia un proceso de desarrollo humano más profundo.

2. ¿Que es el fuego interior y la fuerza de voluntad?

3. Artes marciales para cultivar el espíritu.

4. Interpretación de "Tu mundo interior crea tu mundo exterior", esto significa que nuestra percepción y reacción al mundo están moldeadas por nuestro estado mental y emocional. En artes marciales como Shaolin Quan (trabajo externo: entrenamiento físico) y Wudang Quan (trabajo interno: meditación), ambos enfoques se complementan para lograr un desarrollo integral y equilibrado.

5. Mi experiencia personal como alumno de Juan en el intensivo de nueve semanas que tuve la oportunidad de realizar en Australia, que marcó uno de los momentos más significativos en mi vida. (Puedes leer el relato de mi experiencia mas abajo)

Te dejo aquí el contacto de Juan a través de Instagram

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9 semanas intensivas de Movimiento guiadas por Juan Rueda

La experiencia que he vivido durante nueve semanas intensivas de movimiento me ha transformado y ha supuesto el mayor punto de inflexión de mi vida.

Todo comienza en agosto de 2022, cuando emprendo mi viaje hacía Australia con dos objetivos muy claros:

  1. Aprender inglés para tener acceso a más información y conocimiento. El hecho de no poder leer, entender y comunicarme con fluidez en inglés era algo que llevaba frustrandome mucho tiempo. Sentía que había un mundo al que no podía acceder si solo dominaba mi lengua materna, el español.

  2. Poder conocer a diferentes maestros de movimiento o perspectivas que me ayudarían en mi proceso de crecimiento.

Me encontraba en una fase de mi vida en la que pensaba que lo que necesitaba para seguir creciendo o salir de una situación en la que no me sentía completamente realizado era hacer un cambio drástico. Dejarlo todo para ir a vivir a Australia.

Bastaron unas pocas semanas para darme cuenta de que la perspectiva de crecimiento personal es otra muy diferente y que me esperaban unos meses muy duros y difíciles. 

Había idealizado como sería vivir en Australia pero cuando me enfrente a la cruda realidad es cuando me di cuenta de que esto solo era un cambio externo. Entendí que todo lo que tenía que cambiar en mi vida para “ser feliz” estaba en mi interior.

Descubrí que no importaba el lugar, el tiempo o la situación en la que me encontraba,  por complicada o insatisfactoria que fuese, lo único que debía hacer era conocerme a mí mismo y buscar en lo más profundo de mi ser para sanar mis miedos, inseguridades y romper con todas las creencias que me estaban limitando.

Justo después de estar un año en Australia, después de superar todas las dificultades que se presentaron con mucha introspección, reflexión y diligencia; comencé a tener una relación sana conmigo mismo y, a su vez, con el entorno que me rodea, poniendo toda mi atención en el momento presente.  

En ese preciso instante se alineó todo a mi alrededor y se presentó la oportunidad de poder inscribirme al intensivo de 9 semanas que organizaba Juan Rueda en Melbourne. Es aquí donde comienza mi verdadera transformación. 


Cuando el alumno está preparado, el maestro aparecerá - Proverbio Zen


 ¿Cómo llegué hasta Juan Rueda?

Yo estaba viviendo en Brisbane, en la costa noreste de Australia y justo me estaba planteando una mudanza a Melbourne. Como siempre hago cuando voy a algún lugar, empecé a investigar maestros o centros de movimiento en la ciudad. 

Entonces apareció Juan Rueda, no podía creer que hubiese una persona con tanta experiencia y que además fuese de Colombia, lo que quería decir que podríamos comunicarnos en español. Esta fue la primera señal.

Juan es una persona que transmite una energía muy especial, cada vez que hablo con él siento serenidad y calma, experimento sensaciones que aún me resulta difícil expresar..  

Juan ha sido artista marcial durante toda su vida, antiguo artista de circo profesional, gimnasta, percusionista y lleva enseñando movimiento más de 25 años.

También ha sido uno de los alumnos más aventajados de Ido Portal durante más de 9 años y ha aprendido de muchos maestros alrededor del mundo.

Creo que se puede apreciar la vasta experiencia y los amplios conocimientos que tiene, pero hay que conocerlo para poder sentir quien es realmente Juan Rueda.

Después de conocer a Juan en persona pude percibir que es mucho más que un profesor de movimiento. Estaba a punto de comenzar un proceso de transformación que me haría trascender a un estado espiritual que jamás hubiese podido imaginar. Un proceso a través del cual buscaríamos cultivar y sentir los elementos de la naturaleza (fuego, tierra, aire, agua) en nuestro ser para encontrar claridad en nuestra vida. Este sería el trabajo principal durante nueve semanas. 

Acababa de dar un paso que iba a requerir mucho compromiso. Toda mi energía y atención durante las próximas 9 semanas debían de estar en el intensivo. Ahora entendía las connotaciones de la palabra “intensivo”. 108 prácticas repartidas en 63 días. 8 horas de práctica diaria de lunes a viernes y 6 horas los domingos. Puedo agradecer que los sábados teníamos descanso, un descanso que aprovechaba para ponerme al día con todas las notas que iba tomando durante la semana.

Cada día nos encontrábamos a las 6:30 de la mañana para comenzar con la primera práctica que se alargaba hasta las 10:30 am, después volvíamos a quedar a las 16:30pm, acabando a las 20:30pm. Las horas de descanso entre medio, debía de asimilar y ordenar la inmensa cantidad de contenido que Juan nos estaba dando, para mi casi todo era nuevo. Si no estudiaba y llevaba al día el aprendizaje, me sentía perdido.

Las principales prácticas sobre las que estuvimos trabajando fueron meditación, diferentes artes marciales con prácticas procedentes del Taichi, QiGong, NeiGong, Kung-fu, boxeo, Kickboxing, grappling, brazilian jiu jitsu; práctica de movimiento general (Handstand, acrobacias, fuerza orgánica, locomociones, etc.), ritmos musicales (bases de percusión y música carnática que es la música clásica del sur de la India), conexión corporal, estudio de anatomía, biomecánica y sistema fascial, mucha introspección poniendo mucho énfasis a la escritura y en nuestro diario, en definitiva todas estas prácticas estaban orientadas a cultivar y balancear los 4 elementos de la naturaleza en nuestro ser.

Recuerdo perfectamente el primer día. Lunes 7 de agosto de 2023, me levanto a las cinco de la mañana para dar comienzo a una experiencia que marcaría mi vida para siempre.

Fuimos citados a las siete de la mañana en la casa de Juan, una pequeña casita a la afueras de Melbourne. Solo el hecho de que fuéramos a su casa ya supuso un gesto de cercanía y un vínculo bastante fuerte con él y con todo el grupo. Se respiraba mucha paz y calma mezclada con ilusión, expectación y sorpresa. Para mi era como estar soñando uno de los sueños más reales de mi vida, donde me rodeaba una luz tenue, olor a incienso y otras once personas más. Juan, Jakk, Louis, Adriena, Skyler, Guste, Daniel, Jarad, Julian y Jirka, personas de diferentes partes del mundo que se acababan de conocer y que se notaba que tenían muchísimas cosas en común. Parecía que nos conociéramos de toda la vida.

Juan nos recibió con un profundo y sincero abrazo, después nos pidió que nos acomodáramos en una salita muy acogedora que se encontraba junto a la entrada de la casa. Había imágenes de Buddha por todas partes y un montón de libros y objetos esotéricos por todos lados. Lo que mas me llamo la atencion fue un círculo de cristal negro con forma de plato, un poco mas grande del tamaño de una mano de un grosor aproximado de 1cm. La peculiaridad de este objeto es que actuba de “espejo negro” y Juan nos dijo que era donde podias mirarte para descubrir tus sombras.

Cuando ya estábamos acomodados, sentados en el suelo, cojines y bases de diferentes alturas y formas, Juan nos dio la bienvenida a su hogar y empezamos a tener una conversación super amena y familiar donde nos hizo sentir muy cómodos y como si estuviésemos en nuestra propia casa.

He de reconocer que antes de llegar estaba un poco nervioso por mi limitación con el idioma pero la energía que había me ayudó a relajarme profundamente y empecé a fluir. De repente algo se desbloqueo en mi mente y empecé a entender, expresarme y hablar inglés como nunca antes lo había hecho durante el año previo que llevaba viviendo en Australia.

Entre nuestras conversaciones de los más variadas, y como era de esperar muy profundas y reflexivas, Juan nos obsequió con una pequeña pieza de arcilla que tenía un Buddha grabado y nos dijo que debíamos guardarla y conservarla para sentir la energía del grupo que habíamos creado en ese preciso instante para el resto de nuestra vida. Fue un gesto que tuvo muchísimo significado para mí y cambió por completo la expectativa que tenía sobre lo que sería el intensivo. 

Empecé las primeras prácticas del intensivo con miedo y sin estar seguro si sería capaz de seguir el ritmo y el volumen de trabajo pero a medida que fueron transcurriendo las semanas se rompieron todas mis creencias y miedos, jamás hubiese imaginado que se podía condensar tantísimo contenido de gran valor en tan solo 9 semanas. 

Desde el momento en el que empecé a conocer a Juan me di cuenta del poder de atracción que tiene como maestro, nunca antes había estado con una persona que transmitiese de forma tan clara conceptos tan complejos. 

Las prácticas que realizamos durante esas semanas fueron muy exigentes e intensas, no sólo a nivel físico y mental, sino a nivel espiritual. 

Nunca antes me había expuesto a ese nivel de trabajo tan profundo, aun así, sin saber de donde, saque la fuerza y energía que necesitaba para completar casi todas las prácticas propuestas. 

Esta experiencia me hizo reflexionar y sacar muchísimas conclusiones sobre mi proceso de crecimiento y sobre el sentido de mi vida.

A continuación comparto las que considero más relevantes:

  • La primera reflexión es sobre mi intención y propósito de asistir a este intensivo. Lo cierto es que solo puedo decir que llegué con la mente muy abierta y absolutamente sin ningún juicio ni pretensión. 

    Pero aplicando esta misma reflexión a mi vida, me di cuenta de cuál es mi propósito vital. No es más que lograr todo aquello que me proponga, convirtiéndome en la persona que realmente quiero ser y viviendo mi vida del modo en el que realmente la quiero vivir.

  • La segunda reflexión es que me di cuenta de la gran influencia e importancia de nuestro interno y entorno en nuestra vida:

    • Interno: Puede confirmar la idea de que el cuerpo humano tiene un potencial increíble y es capaz de alcanzar unas habilidades sobrehumanas, pero dependerá únicamente del poder de la mente y de cómo nos relacionamos con nosotros mismos.

    • Externo: El entorno y las personas con las que nos relacionamos será lo que determine nuestra percepción de lo que somos o no somos capaces de hacer. 

  • La tercera reflexión es sobre el tiempo. NO tenemos tiempo en nuestra vida para desarrollar todo nuestro potencial y explorar el verdadero significado del “ser humano”. 

    Estamos en una carrera contra reloj y contamos con un tiempo muy limitado. Llegará esa fecha límite en la que dejaremos de estar en este mundo casi sin darnos cuenta. Somos los únicos responsables de elegir cómo gestionamos nuestro tiempo. Debemos buscar el éxito cada día de nuestra vida, cada minuto, cada segundo. No podemos malgastar nuestro tiempo.

  • La cuarta y última reflexión es sobre la sabiduría y la honestidad. 

    Es tan amplia la basta cantidad de conocimientos que existen que no seríamos capaces de saber sobre todo ni en varias vidas vividas.

    Debemos ser humildes y no creer que lo sabemos todo. Tenemos que ser honestos reconociendo y aceptando nuestro proceso individual de crecimiento. En esta era en la que prima la impaciencia, la inmediatez y la incoherencia, será imprescindible cultivar serenidad, tranquilidad y calma mental. Una estructura estable y sólida que nos permita soportar el curso de nuestra existencia. 


Cris Luque

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